por Alex Roit
Hace algún tiempo intento observar el mundo desde dos perspectivas: una de ellas se dedica a “el mundo al alcance de las manos”, mientras que la otra habla de “el mundo allá afuera”.
Si tomo ese abordaje y trazo una retrospectiva de mi vida, la conclusión es como mínimo curiosa: raras veces esos mundos se pusieron de acuerdo.
En 1990 “el mundo allá afuera” se derrumbaba, debido al Plan Collor1 que bloqueó las economías de todos los ciudadanos. Aquello no me afectó directamente, pues yo no tenía economías, pero el reflejo en “el mundo al alcance de las manos”, fue una verdadera aproximación entre las personas a mi alrededor, pues muchas buscaban solucionar sus problemas económicos de formas creativas. Como dijo Nelson Rodrigues2, «el minero3 sólo es solidario en el cáncer».
En 2004 la economía de “el mundo allá afuera” recogía los frutos de las políticas de austeridad que el gobierno de Lula heredaba de Fernando Henrique Cardoso, además del capital extranjero que daba muestras de confianza. Buenos vientos soplaban, y todo apuntaba al crecimiento del país (que de hecho ocurrió a lo largo de los años siguientes) Por primera vez, en veinte años de carrera, me vi sin trabajo y sin propuestas concretas en “el mundo al alcance de las manos”. En el momento menos pensado en que tenía pocas expectativas de mi propio país, afortunadamente el Universo conspiró a mi favor, y el resultado fue una temporada de casi seis meses en Europa.
Hace algunos años se hizo una encuesta en la que las personas evaluaban su propia vida y la del país. ¿Resultado? La mayoría de la gente creía que su vida estaba mejor, pero también la mayoría creía que la vida del país estaba mucho peor. Arriesgo una explicación para este fenómeno: vivimos nuestra vida concretamente, un día tras otro, “al alcance de la mano”, pero muchos aspectos de la vida de nuestros países están en “el mundo allá afuera”, y sólo nos llegan a través de los medios de comunicación.
Saber la medida exacta para equilibrar estos dos mundos no es tarea sencilla, pero tampoco es imposible. Nuestro poder expresivo y creativo no puede doblarse al peso de tanta restricción – ni de las reales, ni de las ficticias. Con lo que está al alcance de la mano, ya somos capaces de ir a la Luna, derrotar a los ejércitos, matar dragones.
Que el mundo allá afuera no nos subestime.
1. Plan Collor – semejante al Corralito impuesto por de la Rúa en 2001.
2. Nelson Rodrigues – dramaturgo carioca (1912-1980).
3. Mineiro – nacidos en el Estado de Minas Gerais